Una verdadera carta de amor dirigida a los fans de las películas, sobre todo de la primera, ya que tiene sus mismos puntos buenos (acción intensa y sangrienta, personajes carismáticos y una continua tesitura sobre dónde termina el humano y comienza la máquina) así como los malos (repetición excesiva de escenarios y una historia inconsistente). Te hacer sentir como Rocobop, con todas sus dudas sobre sí mismo y con el poder de reventar a cualquier humano pero contenido por su espíritu justiciero, y lo consigue de sobra.
Lo he jugado yo solo y me ha entretenido durante varias sesiones de juego, pues nunca había jugado de esta manera a ponerme en la piel de un agente de policía en sus labores diarias. Por ello tengo claro que las mejores posibilidades que tiene es con su modo multijugador cooperativo, en el que cada jugador interpreta a un agente diferente, haciendo equipo de dos policías mientras se ayudan mutuamente en la busca y captura de delincuentes, algo así como en la vida real. La pena es que si no tienes a nadie con quien jugar, se vuelve repetitivo en poco tiempo. Si sus desarrolladores se centraran en meter más variedad de delitos y, sobre todo, de situaciones inesperadas mientras patrullas, el juego ganaría muchos enteros. Más actualizaciones gratuitas con contenido real del juego y menos contenido de pago con trajes y vehículos nuevos.
Aventurilla bien hecha siguiendo la misma estela de la serie de animación, un excelente doblaje al castellano para acompañar a esta familia y sus coloridas y divertidas situaciones. Quizá podríamos decir que es un juego demasiado corto (con pocos escenarios y escasa variedad de minijuegos), aunque para el público infantil al que va dirigido es cómo ver unos cuantos episodios, así no se enganchan en exceso delante de la pantalla. Y para los no tan txikis, aquí encontrarán logros/trofeos muy sencillos de conseguir.
Pese a ser un buen juego que seguramente disfrutes, por cada cosa positiva que ofrece tenemos una contra, lo que hace que, en definitiva, haya podido ser mucho más (supongo que han seguido una estrategia conservadora respetando al juego original). Es una gozada conducir por la ciudad pero está vacía de contenido y se reciclan muchos escenarios a lo largo de las 6-8 horas que dura su historia principal, la cual es entretenida aunque está llena de altibajos, con un final contado a todo correr. Los combates son intensos pero su variedad de armas es escasa, y pese a que gráficamente sorprende, los rostros de los personajes protagonistas son bastante insulsos. Además, en ocasiones parece un simulador de conducción en vez de un juego de acción, dónde las conversaciones toman importancia para dar fuerza a la trama, que está bien, más repetir una y otra vez las mismas carreteras le quita vida al asunto. Aún con todo, quiero seguir la saga.
Sorpresa muy grata y que echaré de menos, pues me he quedado con ganas de más. Es inspirador como de cualquier cosa se puede sacar un videojuego con todas las de la ley. Cuenta su historia de una manera bastante original, con unos recursos limitados pero suficientes si detrás tiene a personas con ganas. Además, es muy estimulante dejar los escenarios ordenaditos y limpios A mejorar para la siguiente entrega, que espero salga algún día, estaría bien que no fuera tan cortito.
Gran estilo visual con una historia divertida y educativa. Lástima que esta propuesta falle jugablemente. A poco que hubieran implementado alguna idea novedosa o, al menos, algo más elaborado, estaríamos hablando de un juego para algo más que hacer fondo en servicios de suscripción como Game Pass.
Casi caigo y compro esta recopilación que es peor que jugar con emuladores pirata. Jugar en Switch en modo portátil es inviable, con filtros penosos y nada accesibles a los formatos de pantalla actuales. Ya no es que le pidamos algo nuevo, como traducción de textos que no llegaron en su momento, es que esto es peor que jugar con una Megadrive. Solo aporta algo sus vídeos extra sobre cómo se crearon los videojuegos originales, con profesionales de verdad y no los sacacuartos detrás de esta pésima recopilación.
Aunque es bastante entretenido por todos los detalles que hereda de la franquicia (una buena banda sonora y ese estilo tan propio de resolver acertijos), no podemos pasar por alto que algunos puzles son confusos o que la trama tiene muchos altibajos. Y es que, pese a que sus personajes son bastante carismáticos con unos diálogos que te sacan muchas sonrisas y guiños hacia detectives famosos como Sherlock Holmes o Poirot, su protagonista se saca algunas deducciones de la manga para resolver los casos, dejándote con la sensación de que no se han estrujado mucho el cerebro a la hora de escribir una buena historia.
Ni se molesta en ocultar que todo su contenido es reciclado y, es que con la escusa de actualizar con mejores gráficos una serie de minijuegos de las primeras entregas de la saga, se toma la licencia de solamente traer 5 tableros y 10 personajes, además de un menú principal algo confuso de navegar. Si vas a lanzar un nuevo juego con todo su contenido basado en el pasado, al menos que no sea tan escaso y, por lo menos, que amplíe de alguna manera la experiencia de juego original. No coger un poco de por aquí y por allá y querer que la suma de unas cuantas cosas formen algo bueno. Supongo que eso le basta para ser un juego meramente entretenido de jugar con amigos, pero respira pocas ganas y eso no lo había visto nunca en un juego del fontanero favorito de Nintendo.
Curiosa nostalgia que te hace recordar juegos mucho mejor de lo que en realidad son. En este caso, la aventura de los dos espías de la T.I.A. es excesivamente corta y con algunos puzles o demasiado sencillitos o enrevesados. Al menos, sí que recordaba con acierto su estupendo doblaje y un encanto especial para ser lanzado, originalmente, en el año 1997.
Quizá algo corto y con muchos minijuegos en apariencia repetidos, pero también con un gran encanto y estilo propio de la franquicia. Además, la banda sonora tiene un ritmo bien marcado para meterte de lleno en cada partida.
Aunque ni su estilo gráfico ni su simpleza es para todos los públicos, precisamente estos son sus puntos más fuertes, pues lo separa del resto de simuladores de conducción. Y sí, es un gran simulador en el que cualquier error se paga con una salida de curva o con una avería en el vehículo. Sin tener ni idea de este mundillo, he aprendido un montón pues el juego te narra los principales acontecimientos en las competiciones de rally, desde los primeros años hasta la actualidad, mientras vas comprobando la evolución de los vehículos con el paso de los años y cómo cada uno de ellos se comporta de manera diferente en la carretera. Art of rally es para degustar con tranquilidad, intentando superar tus tiempos, disfrutando también la música de fondo que acompaña correctamente.
No tiene nada. Es corto, demasiado fácil y muy repetitivo, tanto en sus enemigos como en escenarios. Al menos, intenta concienciar a los más jóvenes sobre los beneficios de adoptar mascotas en vez de comprarlas.
Un juego diferente con un gran tono sarcástico y divertido pero insuficiente para concederle una nota superior, porque no es más que un simulador de compra venta de órganos y acciones en un mercado negro ficticio en el que apenas hay cosas por hacer. Algo más de profundidad hubiera sido lo ideal
Un juego que, pese a alguna buena idea como puede ser su estilo desenfadado y loco, parece a medio hacer, pues el control es bastante deficiente y su calidad gráfica se antoja muy mejorable.
Lástima que esta genial segunda parte te deje con un regustillo algo amargo por tener un final demasiado abierto. Y es que el resto del juego te crea un vicio por pasar de turno y por combatir a las razas invasoras de la Tierra muy difícil de superar. Además, le sienta de lujo esa nueva atmósfera más «revolucionara» diferente al de la primera entrega. Si bien no presenta demasiadas novedades respecto a esta, ni tampoco le hace falta. Funciona estupendamente, con una duración aceptable y unos enemigos carismáticos y complicados. Como es señal de la saga, cada error se paga con las bajas de tus soldados, el éxito de las misión y hasta de la partida. ¿Para cuándo la tercera parte?
Un juego simpático y sin muchas pretensiones que parece escrito por los mismísimos Monty Python al que le hubiera venido bien una vuelta de tuerca a su sistema de juego, pues hoy en día es muy simplón, dentro del género de aventuras gráficas de apuntar y hacer clic, quedarse con las mismas fórmulas de 20 años. Eso sí, su apartado visual formado por estupendos artistas talentosos y unos diálogos llenos de comentarios mordaces sobre la religión, monarquía y el poder, hacen querer una continuación pronto.
Entre su sencillez a la hora de conseguir el 100% de logros, su pequeña duración y sus gráficos planos, es un juego con un regusto inacabado y soso. No sorprende ni entretiene en ningún aspecto pese a no hacer nada mal, solo escaso en todos sus apartados.
Cómo hacer un juego nuevo respetando la esencia de una saga noventera mítica. Si existiera dicha asignatura en una carrera universitaria, Streets of Rage 4 debería aparecer en el examen final. Es casi imposible hacer un juego que, innovando lo justo para contentar tanto a viejos como a nuevos jugadores, salga tan redondo. Sus carismáticos personajes, su aspecto sacado de un cómic underground, su estilo machabotones con cabeza para recuperar la vida que se pierde ejecutando movimientos especiales, su estupenda banda sonora, ... Todo lleno de guiños constantes en su historia, entornos y enemigos hacia la trilogía original. Se ve genial, suena genial, y se juega genial. No se me ocurre ningún apartado de esta cuarta parte que no esté a la altura de tan esperado regreso, tanto si juegas solo o acompañado de amistades. Bueno, quizá que tenga contenido descargable de pago con ideas interesantes que hacen el producto original se quede corto y escaso. Y por seguir estirando para buscar alguna pega más, personajes míticos de las primeras entregas como Roo o Eddie Hunter no han regresado, al menos de manera jugable.
Pese a que su online está muerto, si logras convencer a un grupo de amigos para jugar de manera cooperativa en la misma consola, es diversión asegurada tanto si te lo tomas en serio como si te dedicas a putear a tus compis. La variedad de cocinas y recetas hace que cada pocas pantallas tengamos nuevas mecánicas basadas en un concepto común: un botón para coger y dejar objetos y otros para interactuar con ellos mientras te mueves por la cocina antes de que se agote el tiempo. Una gran idea de juego tan divertida y con tantas posibilidades que te hace preguntarte por qué no se te ocurrió a ti.
Cuento orientado a todo tipo de público pero en especial a los más pequeños para ayudarles a gestionar esos sentimientos que nos asedian cuando perdemos a un ser querido. Es pobre jugablemente, mucho, más es una historia bonita que merece ser contada y disfrutada.
Un juego que no destaca en nada y que, por contra, es demasiado corto. Su apuesta jugable es pobre y apenas tiene toques de terror como era su principal promesa. En la parte buena, unos buenos gráficos y una ambientación trabajada, al menos en lo que a coleccionables se refiere y que te sumerge casi en la trama que los largos vídeos supuestamente explicativos.
Una buena idea reivindicativa, que las chicas rescaten por una vez a sus chicos del peligro, se queda en un juego bastante predefinido e insulso en el que muchos enemigos sin importancia aguantan demasiados golpes, ralentizando el ritmo del juego, y en el que los diálogos entre personajes no consiguen crear unos personajes carismáticos al ser insulsos y tontos. Además, su corta duración y una dificultad demasiado sencilla solo consiguen que lo haya jugado de rebote gracias al Game Pass y no por méritos propios.
Novela gráfica que apenas le pide ningún esfuerzo al jugador, pues solamente hay momentos de plataformeo sencillo y juego de memorizar fáciles secuencias de pulsar botones. Si tan solo hubiera mejorado un poquito, habría sido todo un señor juego, pues su banda sonora, historia y ambientación bien merece ser nombras pese a que el último tercio del juego se vuelve confuso y monótono. Pero el esfuerzo en escribir una historia original y la increíble sensación de tocar la guitarra y ver cambiar el escenario es única.
Al menos es gratis porque no dura ni una hora. Eso sin contar que solo se usa un botón para atacar y otro para activar la carta seleccionada que te otorga un bonus concreto, es decir, un estilo de juego basado en una simpleza absoluta. Además, no tiene multijugador online pero sí te pide un segundo jugador de forma local para sacarte algunos logros. Si no te llama especialmente la atención, ni lo descargues.
Ese estilo de los cubitos que todos conocemos le sienta genial a una apuesta segura que entretendrá a cualquier tipo de jugador o jugadora, pues sin asumir riesgos nos cuenta una historia vivida mil veces con un toque de humor divertida y una jugabilidad basada en sus gráficos característicos. que no incluye ninguna novedad al género plataformero. Igual se controla mejor con un mando, pero el teclado de la versión de PC es mejor para superar algunas pruebas, como las malditas dominadas de la playa. Ojalá fueran así los juegos oficiales de la marca LEGO.
Para los hispanohablantes que sufrimos los paupérrimos comentarios de Manolo Lama, esta vez no tenemos la estupenda alternativa de la versión latina. Son tan malas las voces en castellano que prefiero ponerlas en cualquier otro idioma y no entenderlas a sufrir a ese supuesto comentarista deportivo. Y, aunque han intentado dar un ritmo más bajo a los partidos, el exceso de palos sigue siendo excesivo. El modo historia sigue al mismo nivel que su antecesor, sin que las decisiones afecten lo más mínimo. Eso sí, de lo que no se olvidan es de actualizar su sistema de tragaperras con cromos, una de las grandes lacras del mundo de los videojuegos. Una entrega que podría haber sido una actualización del anterior título pero que como EA bien sabe, mejor vender un par de chorraditas como supuestas grandes novedades para que sus usuarios vuelvan a pagar el precio del juego completo.
LucasArts fue un grande en el mundo de los videojuegos y este título nos lo demuestra. Personajes carismáticos, diálogos graciosos, ambientación única y puzles entretenidos hacen las delicias de los seguidores del género de las aventuras gráficas. Y, aunque esta remasterización podría haber incluido alguna mejora jugable o unos gráficos más trabajados en algunas secciones, merece la pena volver a disfrutar de este pedazo de historia si no lo has jugado nunca.
Un abuelo le cuenta un divertido cuento a su nieto, protagonizado por una nube traviesa que salvará la ciudad de Seattle a cambio de estropear algunos eventos cotidianos de sus ciudadanas y ciudadanos: una boda, la cena en el restaurante italiano, las vacaciones en la playa y un largo etcétera. Nada le importa. Como juego, simple y directo pero demasiado facilón. Ideal para los que se inician en el mundo de los videojuegos, como puede ser el público infantil al que sin duda entretendrá, pues tampoco es nada exigente excepto para algún logro. Mención especial para la cantidad de guiños presentes tanto a otros videojuegos como Metal Gear, Zelda o Doom como a series tipo The Office. Se nota el cariño de los desarrolladores en cada diálogo y pantalla a superar. Pruébalo si está de oferta o en algún servicio como Game Pass.
El juego de los balones al palo, en el que la IA nunca le hace faltas a tu equipo y en el que el balón tiene unas físicas que solo beneficia el juego rápido de correcalles. Y, sobre todo, el juego casino en el que los menores se dejan un dineral abriendo sobres de jugadores con forma de tragaperras. Al menos su modo historia, llamado El camino, es entretenido. Eso sí, sin llegar a ser notable pues sus diálogos a veces son simplones y su argumento siempre va en la misma dirección sin importar la toma de decisiones.
Excesivamente corto y simple, más sus personajes tienen tal carisma que merece la pena disfrutarlo. Sobre todo el mapache BK, antagonista a ratos y héroe en otros y que es odioso y adorable a partes iguales. Los diálogos para encariñarnos con todos sus personajes son muy graciosos, haciendo numerosas bromas con ese estilo de juego basado en crear hoyos en el suelo y destruir el escenario diferenciado de cada pantalla. Sin tener mucho que hacer, es fácil conseguir todos sus puntos de logro o el platino, dependiendo de la plataforma. Una sorpresa muy agradable que espero tenga continuación con mayor presupuesto y opciones jugables.
Una buena remasterización para todo un clásico de la época dorada de LucasArts. Personajes carismáticos, gráficos dibujados a mano, voces simpáticas, y un sistema de inventario cómodo de utilizar. Pero su historia, quizá la parte más importante, no me ha conseguido enganchar. Si hubiera sido solo un poquito mejor, le habría dado una mejor puntuación. Eso sí, si te gustó el juego original no puedes dejar de jugarlo.
Ninja Theory nos trae la historia de una guerrera picta que intenta rescatar el alma de su amante muerto como excusa para contar los síntomas de una persona enferma de psicosis. Siendo un concepto muy interesante para aprender sobre esta enfermedad y estando bien acompañado de unos gráficos que representan de forma sobresaliente su ambientación nórdica y unos efectos sonoros que consiguen nos metamos en la piel de su protagonista, como videojuego no termina de estar a la altura. Los puzles y los combates apenas exigen al jugador debido a su facilidad, y la partida no se puede guardar en ningún momento. Es decir, que si quieres repetir cualquier tramo porque te ha gustado especialmente, deberás rejugarlo desde el principio. Y no morir demasiadas veces en el intento, pues si lo haces tu partida se borrará, ya que la intención de los desarrolladores es que cada partida fuese un viaje a la cabeza del personaje principal sin la posibilidad de volver atrás. Solo un viaje hacia delante sin muchas posibilidades de repetir para corregir tus errores. Claro que, para ello, al menos deberían haber puesto varios registros de guardado de partida por si en el mismo dispositivo había diferentes personas jugándolo. No sé muy bien qué esperar de la segunda parte anunciada, ya que necesita un buen empujón para ser considerado un buen juego y no sé si la «prensa especializada» se lo ha hecho saber o simplemente le ha alabado la intención de que aprendamos sobre la psicosis sin criticar su ejecución como juego regulero.
A esta entrega le mató un lanzamiento lleno de bugs que estropeaban la experiencia de juego. Hoy en día, en cambio, es un juego que sin tener corregidos todos sus fallos, es muy bueno. Es más, es la evolución natural del primer Mass Effect, con una exploración más pulida y unos combates con multitud de opciones. El argumento, siguiendo la línea de Bioware, se aventura en imaginar uno de los grandes hitos de la humanidad, el primer contacto extraterrestre, con momentos épicos y emotivos.
Se nota demasiado que su historia está basada en una película porque está contada a trozos. Y es una pena, porque la calidad en conjunto del juego es bastante buena: con gráficos coloridos y sorprendentes y unas armas cuya variedad incentiva al jugador a subirlas todas de nivel. Además, los coleccionables repartidos por el mapa son divertidos de encontrar. Un juego sin complicaciones y fácil de superar al que le ha faltado algo más de mimo y una propuesta jugable con escenarios más grandes o más novedosa, ya que apenas se sale de matar a todos los enemigos del mapa, pocos puzles o unas carreras en planchas gravitatorias bastante sosas.
Copiando a la saga Batman: Arkham, por fin tenemos el juego esperado por los amantes de Spidey. Pese a que la historia es bastante predecible, el doblaje al castellano a veces es regulero y el combate contra los jefes es monótono. el resto luce a la perfección, con esa Nueva York colorida en ocasiones y agrisada en otras y la posibilidad de columpiarte por toda la ciudad, logrando en conjunto que sea muy entretenido completar el juego al 100% buscando todos los coleccionables. Si esperas a que baje de precio la edición con todo el contenido descargable, diría que es compra obligada dentro del catálogo de tu PlayStation 4.
Aventura bonita y encantadora de las que siempre recordarás y tendrás un grato recuerdo, pese a ser demasiado corta. Con un mérito especial para la única persona que lo hizo posible: Jonathan Blow. No es un juego de plataformas corriente, se sirve de jugar con el tiempo en numerosas vertientes para transmitir al jugador una historia de amor fuera de lo común en entornos coloreados con estilo acuarela. En cada mundo, el tiempo será usado de diferente manera para recoger las piezas de rompecabezas necesarias para completar y darle sentido al fragmento de historia que nos va contando poco a poco. Hace reflexionar al jugador o jugadora sobre las relaciones y los miedos que todos arrastramos. Y es que, como clara referencia a Mario Bros., es muy posible que nuestra princesa ideal siempre esté en otro castillo. Añade además una banda sonora sobresaliente que redondea esa ambientación cautivadora, cuyo tema principal está basado en la canción tradicional de origen gallego-celta llamada O son do ar.
Merece la pena disfrutar de la época dorada de las aventuras gráficas de la extinta LucasArts con un juego que en ambientación, doblaje al castellano y en diseño de personajes roza lo sobresaliente. Eso sí, es una verdadera lástima que ni los gráficos ni los numerosos bugs originales se hayan mejorado, porque la ocasión lo merecía. Manny Calavera tendrá que esperar por una revisión en condiciones.
Otra forma de contar una historia que, si no fuera de bajo presupuesto, se le podría haber sacado mucho más partido. Aún así, es agradable cómo algunos estudios pequeños se las ingenian para ofrecernos experiencias diferentes.
Se refleja demasiado en la saga Portal para ofrecer una serie de rompecabezas cuyo mayor logro es la sensación de que ya te los has pasado si has jugado a la saga de Valve. Gráficamente resultón nos llega sin traducir, por lo que muchos detalles de la historia se nos pasarán por alto. Los 1000 puntos de logros son sencillos y rápidos de conseguir. Tiene también algunos guiños al juego Pneuma: Breath of Life, de carácter similar pero con otra ambientación. Necesita pocos detalles para mejorar, porque el juego no está nada mal, pero los necesita sobre todo para buscar una identidad propia.
El retorno de las famosos sapos de Rare nos ha traído un juego con altibajos que nos transmite una sensación final de querer la continuación para ya mismo, es decir, buena. Es verdad que en la segunda mitad de esta aventura su estilo cambia a un juego plataformero que convencerá a pocos jugadores; y que su argumento, pese a contar con muchos guiños al pasado y tener un ritmo rápido y muy cómico, cuenta con unos personajes en el papel de malos muy poco carismáticos (a diferencia de todos los demás). Eso sin contar que en pleno año 2020 se atrevan a sacar un juego de estas características sin multijugador online. No hay excusa en este punto. Pero, a su favor, contamos con unos cuantos argumentos para jugarlo y disfrutarlo. El nuevo diseño de los personajes es espectacular, con una no tan malvada Dark Queen que por fin abandona ese estilo de mujer sexualizada de la década de los noventa. Los fondos y las escenas de peleas son increíbles, dibujados a mano y cuidados hasta el más mínimo detalle. La dificultad característica de las primera entregas de la serie está presente, de manera justa. Se siente que, cuanto más practicas, mejor se pasan los niveles hasta aspirar al nivel más alto de dificultad, solo para los más curtidos o pacientes. Y para acompañar todo esto tenemos su banda sonora, llena de ritmo y temas pegadizos que te ayudan a mantenerte pegado a la pantalla. Si todo estos argumentos no son suficientes para tí, no pruebes el regreso de Batteltoads.
Entre tanto bug hay un juego aceptable para los que empiezan en el mundo de los videojuegos, pues a sus buenos gráficos se junta un estilo de juego directo, simple y entretenido. Y con la posibilidad de conseguir logros fáciles si consigue engancharte lo suficiente. En la parte mala, una historia que apenas se comprende porque, supongo, debe de estar recortada respecto a la película en que se basa.
Aventura nada exigente con el jugador que sorprende gratamente por su calidad gráfica, tanto por lo detallado de los escenarios como por su estupenda ambientación medieval, con un montón de detalles a descubrir en forma de coleccionables y su correspondiente descripción. La historia, que debería ser también su referente, flaquea en varios momentos importantes, dejando una sensación final algo agridulce.
Quizá en algunos tramos el argumento no termina de encajar, haciendo que tome giros poco lógicos, pero el carisma de todos los personajes que conoceremos a lo largo de la aventura se abre camino para transmitir una historia que llega al corazón. La vida no es extraña. Es solo una historia humana.
La campaña es mala. No para de reciclar elementos y situaciones una y otra vez; y la misión final, obligándote a realizar unos saltos mal hechos, no ayuda. Además, el doblaje al castellano deja también que desear. En cambio, en ocasiones tiene momentos épicos disparando a los enemigos con una gran banda sonora de fondo. Todo un puntazo ver los gráficos del juego original con solo pulsar un botón. Como inicio de saga no está del todo mal, aunque supongo que Microsoft se encargó en la época de tapar todos sus defectos centrando sus méritos en sus modos multijugador, que los recuerdo bastante entretenidos en la consola Xbox jugando con amigos.
Aunque el juego engancha cosa mala, se echa en falta demasiadas cosas como para subirle la puntuación, como puede ser un simulador de partidos más realista y una interfaz que, en muchas ocasiones, no es clara y muestra información que no quieres en vez de la que estás buscando. Dejé de jugar por un bug que hizo perdiera la partida guardada.
Tiene buenas ideas. Si es verdad que solo está desarrollado por una valiente joven, es todo una proeza. Lástima que sea excesivamente corto (media hora de duración) y que jugablemente esté muy desfasado. El juego más sencillo de la historia en conseguir 1.000 puntos de logros.
Pensaba que esta reinvención de Prey había pasado sin pena ni gloria, y menuda sorpresa al jugarla gracias a la suscripción Xbox Game Pass. Con un gran inicio, su historia te va enganchando poco a poco si eres capaz de aguantar el primer tercio de juego, donde los enemigos no perdonan y aprendemos los entresijo de su algo pequeño escenario. El final es sorprendente y, a su manera, esperanzador.
Pena de que el argumento de la campaña no esté a la altura, porque el resto del producto sí está trabajado (menos los textos sin revisar de los menús). Las novedades están bien implementadas, con personajes carismáticos y habilidades únicas acompañados de unos gráficos brutales. Además, se suele actualizar cada poco tiempo con más contenido en forma de mapas, modos y personajes nuevos. Otra entrega más de la serie que es como todas las demás: acción directa sin complicaciones.
Están tan roto que se hace muy duro jugar sin perder la paciencia. Moverte por la isla es un suplicio ante la lentitud tanto de los vehículos como del personaje protagonista, y cada misión se hace demasiado larga y aburrida ya que son todas prácticamente iguales.